viernes, 16 de noviembre de 2012

Escenario de Carrhae (III) La partida




Jugamos este escenario en el marco de las jornadas del Club Alpha Ares de este año. Aprovechando el animado ambiente del primer día, comenzamos desplegando nuestras fuerzas conforme los distintos jugadores íbamos llegando y la vida social nos dejaba un momento. Esto hizo que nos retrasásemos un poco, pero el resultado fue espectacular.
 
Después de un rápido refrigerio (y de aprovechar para realizar algunas compras en los puestos que vinieron), comenzamos el escenario asignando jugadores. Dos para los romanos (Carlos Gascó y yo mismo) y tres para los partos (Toni, Carlos Delgado y Gabi). Ambos bandos elaboraron sus planes de batalla, y se procedió a realizar la tirada para determinar la iniciativa. Los romanos ganaron y lentamente,  debido al C-in-C Inepto, procedieron a su redespliegue. Los jugadores romanos se enfrentaban a un dilema táctico: mantenerse a la defensiva, acercando la caballería al cuadro y confiando en poder resistir los asaltos de los catafractos, o lanzarse a la ofensiva esperando destruir bastantes caballerías ligeras como para dejar a los catafractos sin apoyo. Así que se decidió una combinación de ambos: reforzar a la caballería del flanco derecho con legionarios del lado posterior del cuadro para avanzar y enfrentarse a la caballería ligera y a los catafractos, y retrasar los destacamentos de caballería del flanco izquierdo hasta la parte posterior del cuadro, para evitar ser flanqueados por la caballería ligera parta.  Por su parte, los partos plantearon realizar una doble envolvente aprovechando su mayor velocidad y maniobrabilidad, reforzando los ataques con catafractos cuando hubieran huecos; mientras, en el centro pensaban barrer a la pantalla de psilois con la caballería ligera y amenazar al cuadro par que no se abriera. Debido a la sectorización de la batalla, dividiré este informe entre el flanco derecho romano, el izquierdo y el centro.
Plan parto

Plan romano
 

Aquí hay algunas fotos del despliegue:
 
 
  
  
 








Flanco derecho romano: Tras una carrera de la caballería romana para ocupar el máximo terreno entre el cuadro y el borde de la mesa, esta se ve amenazada por el mando de caballería ligera parta que intenta flanquearlos.
En el segundo turno romano consigue formar en línea para esperar a la caballería ligera, que no se atreve a cargar de frente a la caballería pesada romana. Esto da tiempo para que las legiones, lentas pero seguras, avancen desde la parte posterior del cuadro para proteger el hueco entre la caballería pesada y el resto del ejército. Los partos aprovechan y desplazan a los catafractos, lentos pero seguros, a retaguardia de la caballería ligera augurando un combate épico más adelante en la batalla.

 
El choque entre caballerías es inevitable, y finalmente se impone la potencia de choque de la caballería pesada romana sobre la ligera parta, que no ha podido sobrepasar el flanco y se ha visto obligada a combatir de frente. Los romanos emplean ese tiempo en reformar a la infantería de columna a línea, amenazando con sobrepasar a los ligeros partos pero sin llegar al contacto. En el siguiente turno, los partos se retiran para evitar ser masacrados y aproximan a los catafractos, que continúan avanzando hacia el frente para enfrentarse a la caballería romana.


Finalmente, en el siguiente turno los catafractos se ponen en posición para cargar mientras protegen su flanco con caballería ligera para evitar ser asaltados por los legionarios. La caballería romana no espera a ser atacada y se lanza a una carga, esperando desorganizar a los catafractos y dar tiempo a los legionarios para que les den apoyo. La carga acaba en tablas, con algunos catafractos retrasados y alguna baja entre los romanos.
 
El siguiente turno comienza con una buena tirada de PIPs de los partos que consiguen cargar en todo el frente y masacrar a la línea romana: cinco caballerías pesadas y una ligera muertas consiguen desmotivar al mando de caballería  romano.  Mientras tanto los legionarios consiguen cargar a la caballería ligera, obligándola a alejarse para evitar ser destruida. El resto de la batalla el mando de caballería romano se limitó a reorganizarse fuera del alcance de los catafractos, en un intento de retrasarlos y evitar que envolviesen a los legionarios, mientras que los legionarios e resituaban para enfrentarse a la carga de los partos. Aún así, un par de elementos que quedan retrasados por falta de pips son destruidos llevando a la ruptura del mando.
 
 

Flanco izquierdo romano: ante el miedo de ser rodeados por los partos, ambos destacamentos de caballería se retiran hasta formar una línea entre el cuadro y la parte posterior de la mesa.
 
 
Justo a tiempo, ya que la caballería ligera parta se abalanza sobre ellos para intentar desbordarlos. Durante varios turnos de combate se producen algunas bajas entre los partos, y avances y retrocesos por ambos bandos. Finalmente, los partos consiguen romper el extremo de la formación romana al acabar con un solitario Lh(F), pero justo en ese momento la caballería pesada romana se impone y desmotiva al mando ligero parto.
 
A partir de este momento, comienza una carrera de los partos para retirarse antes de ser destruidos y de los romanos para envolver a las caballería ligeras y evitar que huyesen. Finalmente, los romanos consiguen destruir a las suficientes caballerías ligeras como para romper este mando.




Centro: los partos lanzan una carga contra la línea de psiloi con sus caballerías ligeras, mientras los catafractos se mantienen a  una distancia prudencial tras la línea de batalla.


Poco a poco los psiloi, sobrelapados, son destruidos por la caballería, a excepción de unos pocos elementos que se retiran hasta el cuadro y de dos cretenses en el extremo de la línea.

 

Estos dos cretenses, los verdaderos héroes de la batalla, aguantaron más de cuatro turnos de combate sobrelapados y sin poder retroceder frente a los partos, que finalmente consiguen destruirlos.


Hacia finales de la batalla, y con el flanco izquierdo libre de la caballería ligera, los romanos deciden avanzar la línea de legionarios para presionar a las caballerías ligeras. Estas salen rebotadas, mientras que una columna de legionarios avanza hacia los catafractos retrasados.
En este momento, nos encontramos con que uno de los mandos romanos está roto y otro desmotivado, mientras que los partos solo tienen un mando roto y otro tocado. Ante la dificultad de maniobrar y lo avanzado de la hora, acordamos finalizar el escenario.


Las bajas de ambos mandos:
Cementerio romano
Cementerio parto
En resumen, ha sido un escenario muy reñido y distinto de los habituales que hemos jugado anteriormente. Sudamos, perjuramos y tuvimos que emplear todas las tácticas que hemos aprendido en estos años, pero el resultado valió la pena.
Y como no hay escenario sin vida social, aquí os dejo con algunas instantáneas de la comida de hermandad con el resto de jugadores de DBMM en un restaurante cercano:
                                    


Finalmente, aquí tenemos a los participantes de este escenario: De derecha a de izquierda Toni, Gabi, Carlos Delgado, Carlos Gascó y yo mismo:

Ahora, a pensar en el siguiente escenario...